Saber comprender las necesidades de cada persona que hace parte de tu familia puede ayudar a fortalecer los vínculos en caso tal de que estén dispersos o quieran mejorarse.

Durante la pandemia se ha modificado el estilo de vida del mundo, traído al contexto colombiano, el aislamiento preventivo obligatorio ha modificado tu estilo de vida y ahora, que el trabajo y el estudio se trasladaron a casa, compartes más tiempo del habitual con tu familia. Si bien es una oportunidad para fortalecer los lazos en el hogar, la convivencia se dificulta si las responsabilidades no se dividen entre todos.

Si la convivencia es con adolescentes:

No puede negarse el uso del celular, estas personas corresponden a la generación de los nativos digitales y hay que comprender que sus relaciones más fuertes se tejen con sus pares y no deben obligarse a no hacerlo.

Dales ese espacio sin dejar de establecer límites y espacios donde no se permite el uso de la tecnología.

Si la convivencia es con niños:

Es pertinente hacerles entender con tacto y prudencia en qué consisten los retos que enfrenta el mundo de hoy desde meses atrás y hacer uso de herramientas digitales y didácticas para ocupar la mente, llamar su atención y mantener libre su creatividad. Sanos entornos

Si la convivencia es con adultos mayores:

Ayuda a que su participación sea notable e integrarlos en entornos digitales con videollamadas a familiares. Dejarles espacios de privacidad también es hacer sentir importante su presencia, no los aísles, hazles saber lo importante que es su presencia en casa sin limitar sus actividades.

Cuando la convivencia es con personas ajenas a tu familia, pero en un mismo entorno, es importante respetar los espacios, establecer algunas reglas de orden y lo más importante, dividir las tareas del hogar para no cargar solo con las personales e integrar esas actividades a un entorno compartido y sano.

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