· Afrocolombia

CALI A LA DERIVA

Cali a la deriva

Tú no sabes nada,

yo hablaré de mis sábados

percibiendo el silencio

detrás de todo ese ruido

que cada sábado

es más ruinoso.

No sabes de las estrellas mayores

ni de las polares.

Solo sabes de una pequeña ciudad

con los vicios de las mayores.

Cali, cuánto has cambiado

en el transcurso de una vida.

Por tus rincones fui testigo del canto de los pájaros,

pero ya no hay luciérnagas

ni mariquitas rojas con puntos negros

ni lluvia de granizo

con los peces saltando fuera de tu río.

Tampoco niñas como yo,

callejeando la ciudad verde,

hermosa, tranquila,

llena de ventanas,

puertas

y muros

que nos cuentan historias.

Estás perdida

perdiste las bondades del recuerdo,

vas a la deriva

como un paisaje cibernético,

visto desde todas las vistas.

Cali,

donde mi amor baja la mirada

al pensarme

y no encontrarme

en sus calles vacías,

llenas de mutantes desconocidos.

En tanto que yo,

en casa,

la espero.

Julia Simona Guerrero | Nacida en Cali, Valle del Cauca, su verdadero nombre es Alba Ximena Gutiérrez Santander. Formada como arquitecta ha participado en distintos encuentros poéticos en Colombia, Alemania, España y Chile.

MARY MAR

Mary Mar

Mary,

mar,

melanina con sal,

cartilla de calamar,

profesora del manglar.

Mary,

sal,

hermana del litoral,

matriz abisal.

Mary,

mar,

mamá molusco,

raya cangreja,

camada de camarón,

negra arena de sol.

Mary,

agua sal,

caballito de mar,

nalgas de algas,

pez morena,

negra de olas,

vuelo de caracolas.

Mary,

familiar,

hermana foca,

sobrina foca,

sobrina del tiburón,

nieta perca,

amante de las conchas nacaradas,

tía de la raya y la palabra.

Mary,

o

mar

o

sal,

eres

el

litoral.

María de los Ángeles Popov | Nacida en Roldanillo en el Valle del Cauca ha trabajado como profesora de teatro y danza en el Museo Rayo y en Casas de Cultura de Roldanillo y Zarzal. Ha participado en Talleres de Escritura Poética dictados por la maestra Marga López Díaz

MI ABUELO NEGRO

Mi abuelo nació cimarrón,

en un lugar dulce,

con nombre de flor.

Creció acunado por un río caudaloso,

arropado con un manto tejido

en selva virgen.

El sol de este pueblito tostaba distinto.

A los negros color marfil.

A los blancos color de duda.

Curaba mal de ojo,

caminaba sobre el agua.

Era cómplice de la lluvia,

detenía las tempestades.

Enderezaba cojos,

amansaba serpientes,

ayudaba a todos.

Su embrión era puro.

Creía en un mundo nuevo.

Mi abuelo nunca murió

-entre alabaos y gualis-

se fundió con el río Atrato.

Jenny de la Torre Córdoba | Nacida en Barranquilla, residente en Bogotá y ligada a Quibdó por sus ancestros, preside el Alto Consejo de Comunidades Negra en España y trabaja como corresponsal de la revistas Mia e Interviú de Madrid. Formada en Derecho y Ciencias Políticas por la Universidad de Cartagena de Indias, es Diplomada en Resolución de Conflictos por la Universidad de los Andes de Bogotá, Máster en Género, Mujer y Desarrollo por la Universidad Nacional de Colombia y Doctorada en Perspectiva de Género en Ciencias Sociales de la Universidad Complutense de Madrid.

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